Tener una disposición correcta de cada área y diseñarla según los procesos que se llevan a cabo en ella permite obtener una mayor eficiencia en las tareas, reducción de costes y una mejora en el servicio.
Comprender cómo se debe organizar y distribuir un espacio es un proceso que supone un estudio previo de la situación, como el tipo de productos que se maneja, el sistema de planificación de la propia empresa o, si se trata de rediseñar un almacén ya existente, cómo está organizado y dónde se encuentran sus debilidades.
Un estudio de eficiencia de almacenes logísticos realizado por Roshan Kadwe y Aditi Saha - The Study of Efficiency and Effectiveness of Warehouse Management in the Context of Supply Chain Management – señala cómo más de la mitad de los encuestados admiten el bajo nivel de optimización que hay en su diseño. Y es que, diseñar almacenes no engloba únicamente la organización de éstos.
El estudio de sus flujos y la gestión de sus operaciones son otros importantes aspectos que abarca. Actualmente quienes más necesitan este servicio suelen ser los comercios online, los cuales tienen una alta demanda y las exigencias de tiempos hacen que no siempre se sepan adaptar los recursos a las necesidades.
Poder contar con una empresa que acompañe durante todo el proceso es esencial para realizar la estrategia entendiendo el comportamiento de la empresa y los procesos de venta. Para ello se debe focalizar la atención en las 6 áreas operativas que cubre un almacén logístico:
- • Recepción
- • Calidad
- • Almacenaje
- • Preparación de pedidos
- • Expediciones
- • Logística inversa
Teniendo en cuenta la mejora de la productividad de las operaciones y la búsqueda de una buena experiencia tanto a clientes como a trabajadores, proponemos 3 claves para sacar el máximo partido de tu almacén:
1. Mercancías: flujos y tipos de productos
En función del tipo de productos que se manejen existen diseños que se adaptan mejor a las necesidades de cada producto, por ello es esencial contar con un estudio del espacio. El tipo de producto, sus necesidades, la cantidad de stock prevista, el tiempo en el que pasan almacenados y su traslado son algunos de los factores que se deben tener en cuenta para comenzar la planificación del layout.
De misma manera se debe poner un foco en el tipo de flujo que realiza la mercancía. Es distinto el proceso de un producto cuyo flujo es en línea recta a uno en el que entra y sale por el mismo lado. Los diseños, generalmente calculados según la vía de salida del producto a los camiones, pueden llegar a ser muy complejos.
A ello hay que sumarle el movimiento que realiza la propia mercancía. Las rutas internas deben estar lo más optimizadas posible para que no sea necesario mover mercancías de un punto a otro dentro del almacén. De esta forma se pierde productividad. Realizar cambios en la mejora de los desplazamientos de productos ayuda a recuperar tiempo perdido y evitar riesgos de daños o deterioro del paquete.
2. Tipo de almacenamiento
La buena gestión del espacio es uno de los objetivos que más se buscan con el diseño o rediseño de un almacén. Por ello, el tipo de almacenamiento que se decida es clave. Las necesidades y exigencias del producto harán más fácil la elección: su peso, temperatura, caducidad, tipo de embalaje, etc.
Una vez obtenida esta información, se debe saber otros aspectos como si el producto deberá desplazarse, los volúmenes de stock deseados, el tipo de equipo con el que cuentan los operarios…
Teniendo esta información es posible saber qué tipo se adapta mejor a las necesidades, eligiendo la instalación óptima. Con ella se deberá también asegurar la protección de los trabajadores, teniendo en cuenta un diseño que permita espacio para las distintas operaciones y la utilización correcta de las herramientas.
3. Maquinaria sostenible
Debido al rápido avance de la tecnología es normal que surjan preocupaciones orientadas a la obsolescencia de las herramientas que se incorporen. Aplicar maquinaria proveniente de empresas especializadas permite asegurar su calidad. Porque, lo que se debe buscar es la adaptación de los recursos al pasado, y asegurar su buen funcionamiento.
Pero cuando hablamos de sostenible no nos referimos únicamente a las herramientas, tener en mente el crecimiento que vivirá el almacén, y las necesidades que habrá que cubrir es clave para incorporar una planificación útil en el futuro.
Todo ello hace del diseño una decisión con gran importancia, por ello, contar con expertos es necesario para abordar todos los importantes factores.