Re-shoring: vuelta al país de origen
La pandemia ha provocado que se replanteen en muchos sectores que técnicas realizar para que no se vuelvan a producir los mismos problemas ante un nuevo caso de estas dimensiones en sus modelos de negocio.
Entre estas prácticas, surge el re-shoring, que es el proceso de repatriar alguna parte o toda la producción de bienes y servicios hasta entonces externalizados en otros países. Se presenta como la alternativa, o el antónimo, al off-shoring que es la subcontratación a terceros en países extranjeros que se encuentran a larga distancia.
El re-shoring aumenta el control de los negocios sobre las operaciones que se efectúan, así como, consigue hacer un seguimiento más fácil de la producción. Esto se debe, a que la mayor cercanía a los consumidores permite que los problemas sean abordados con mayor rapidez. Además, se cuenta con plazos de entrega más reducidos y con costes también más bajos, permitiendo que se optimice y rentabilice esta parte del proceso.
¿Por qué las empresas llevan a cabo esta práctica?
Existen varios motivos que han llevado a que esta práctica se imponga, entre otras, convirtiéndola en un movimiento que resulta lucrativo para las empresas. Entre ellos encontramos:
• Aumento de los costes. El incremento en los costes laborales, así como, en los transportes, ha generado que en muchos países sea más beneficioso producir en el mismo.
• Prohibiciones y sanciones. Las tensiones geopolíticas entre los países han cambiado la situación mundial en la que nos encontramos, volviendo todo el proceso más inestable.
• Mejora de la gestión de la supply chain. Al localizarse la mayoría de las partes de la cadena de suministro en un mismo lugar, se puede tener una mayor gestión de ellas, agilizando todo el proceso, y creando mayor dinamismo en los flujos de trabajo.
• Los factores de regulación. A la hora de externalizar, las empresas se encuentran con diferentes sistemas de regulación, lo que puede provocar problemas de control de calidad, entre otros. Con el re-shoring esto se elimina, al estar todo bajo el mismo conjunto.
• Reducción de los riesgos. La localización de las partes del proceso en el mismo mercado en el que se opera puede ayudar a la mitigación de los problemas, evitando algunas situaciones que resulten imprevisibles para el sector.
Near-shoring: subcontratar a terceros
En un punto intermedio entre el re-shoring y el off-shoring encontramos esta práctica que cada vez está más extendida.
Esta moda logística hace referencia a una forma de externalización de servicios de un negocio a través de la subcontratación de empresas que se encuentran localizados en países extranjeros, pero que se encuentran relativamente cercanos al país de origen de la empresa.
La distancia suele marcarse en función de las horas de vuelo. De esta forma, se considera que, para poder encajar en estas características, la distancia entre ambas debe ser de cuatro horas o menos. El fin es poder producir a proximidad del mercado en el que participan, consiguiendo, además, reducir los costes para ello.
Esta práctica se produce para evitar los problemas que puede acarrear el off-shoring. Actualmente, en España, en el segundo lugar de las importaciones que realiza se encuentra China, según datos proporcionados por Banco Santander. La pandemia demostró que, ante casos como los vividos, es necesario estar preparados, y esta técnica se presta para solucionar este tipo de inconvenientes. Además, aquellas problemáticas derivadas de las largas distancias y, en consecuencia, las diferencias horarias, que pueden perjudicar a la supply chain, también se eliminan.
El near-shoring se ha consolidado como un movimiento muy efectivo para la logística. A través de él, se ha conseguido disminuir los tiempos de entrega y ofrecer una calidad superior en lo que respecta el servicio al cliente. Además, la reducción de la distancia entre producción y destino final ha permitido que se agilice el tiempo de respuesta ante los cambios del mercado que puedan producirse en la demanda, logrando que la supply chain sea más eficiente.
Friend-shoring
Esta moda, más que basarse en la cercanía de los países a la hora de exportar, como lo hace el near-shoring, selecciona en función de las alianzas entre países y su consecuente proximidad política. De esta forma, la externalización se realizará en función de la animosidad que se posea con el país que se quiera subcontratar.
Lo que se busca con esta práctica es afianzar la estabilidad en las industrias, especialmente para la cadena de suministro y que esta no sufra por tensiones geopolíticas entre países.
Todas estas modas surgen de mitigar ciertos riesgos que se han podido vislumbrar con los recientes acontecimientos históricos que estamos viviendo. Las sanciones, las limitaciones y las tensiones geopolíticas que hemos podido ir viendo a lo largo de la pandemia, la actual guerra en Ucrania, entre otras crisis, plantean buscar alternativas para reducir los problemas que se están viendo en el sector logístico. Estas tendencias están cogiendo fuerza y, parece, que están convirtiéndose en modas imperantes dentro del mundo logístico, lo que podría significar que han venido para quedarse.