Pero, ¿cuánto de esta reactividad podría haberse evitado mediante la implementación de estrategias más sólidas? Después de todo, ¿no sería mejor trabajar en una organización más estratégica y menos frenética?
Incluso antes de la pandemia, tener un equipo capaz de reaccionar en tiempo real ante las circunstancias imprevistas era una práctica estándar en la mayoría de las empresas. Sobre todo, en aquellas que trabajan de manera directa con la supply chain.
Las entregas tardías, los problemas de calidad de los proveedores, el tiempo de inactividad, la escasez de recursos, los materiales defectuosos, la falta de inventario y la capacidad de fabricación, además de las fluctuaciones de la demanda y los desastres naturales o provocados por el hombre, tienen el poder de detener la producción y los envíos.
Y cuando ocurren estos problemas, el equipo es llamado a la acción. Debe comprender el problema y encontrar soluciones inmediatas, si no provisionales. Se enciende el motor. La adrenalina fluye.
Históricamente, la cadena de suministro reactiva se ha aceptado como una realidad estándar y una responsabilidad que debe abordarse según lo exijan las circunstancias.
De lo circunstancial a lo estructural
Toca agregar una pandemia global a esta mezcla explosiva.
Comenzando a finales de 2019 y continuando durante los siguientes años, el coronavirus ha expuesto la fragilidad de las cadenas de suministro en todas partes. Es difícil nombrar un solo producto, industria, empresa o elemento de una cadena de suministro que no haya sido interrumpido.
Así, mientras que en el pasado la reactividad logística era una actividad esporádica, a raíz de la pandemia, esta no solo se convirtió en la actividad dominante, si no en la que más lo consume, para todos, en todas partes.
Las estrategias fueron dejadas de lado. Cada acción se centró en hacer frente a los problemas. Hora a hora. Día a día. Había que apagar los fuegos lo más rápido posible, y luego pasar al siguiente.
Ahora, a las puertas de 2023, es momento de plantearse romper con la dinámica. De no hacerlo, este tipo de pensamiento dará como resultado la autoperpetuación de escenarios reactivos. Una y otra vez.
Por una cadena de suministro proactiva
Para mitigar este mal endémico, es imprescindible dedicar tiempo a iniciativas más estratégicas e intelectuales que lleven al desarrollo y la diferenciación competitiva.
En este sentido, el truco fundamental para crear una cadena de suministro más robusta es contar con el liderazgo que asignará el tiempo y los recursos para llevar a cabo estas actividades proactivas.
Sin ese liderazgo y visión, las organizaciones seguirán siendo absorbidas por el pantano de la aceleración y la extinción de incendios. Por el contrario, con ese liderazgo, las organizaciones podrán dedicar tiempo a una gran cantidad de actividades que fortalecerán sus cadenas de suministro antes del próximo desastre.
Cinco elementos fundamentales
Volverse verdaderamente proactivo para mitigar el riesgo asociado a la cadena de suministro solo ha sido algo realmente posible en los últimos años.
El auge de las tecnologías intuitivas basadas en datos nos ha brindado capacidades nuevas e increíbles para profundizar en las cifras, identificar tendencias y realizar un seguimiento tanto de los impulsores como de los indicadores de cambio.
Equipados con esas herramientas, los equipos de compras y operaciones de la cadena de suministro pueden concentrarse en brindar los cinco elementos fundamentales de una estrategia proactiva de gestión de riesgos de la cadena de suministro:
• Determinar las áreas de enfoque de riesgo correctas, incluidos qué proveedores monitorizar más de cerca y las categorías clave que están más expuestas al riesgo o son más críticas para las operaciones.
• Adquirir y reunir los datos correctos sobre esas categorías y proveedores para ayudar a aprender más sobre ellos.
• Convertir esos datos en conocimientos, organizar y comprender cómo cada punto podría influir en las categorías de riesgo micro y macro relevantes.
• Compartir y difundir conocimientos para garantizar que las personas adecuadas estén equipadas con la información que necesitan para tomar las decisiones correctas en el momento adecuado.
• Impulsar las acciones correctas y garantizar que las personas, en todos los niveles, estén capacitadas para convertir los conocimientos en acciones de manera proactiva.
Es la hora
Con el nuevo año a la vuelta de la esquina, llega el momento de hacer balance. Ahora toca parar. Recalcular. Transformar los mecanismos. Solo así podremos hacer que la cadena de suministro evolucione de esa tradicional reactividad a esa ansiada proactividad.